Tener un hogar pequeño no es impedimento para personalizarlo y crear un estilo confortable. Además, recuerda los beneficios de un espacio reducido: menor costo de mantenimiento y fácil limpieza.
Un primer consejo, es que dividas los espacios: si un invitado llega a casa, no debería saltar a la vista, la ropa sucia o los trastes sin lavar. Aunque parece una idea acertada tener espacios abiertos, separar cada estancia te dará la posibilidad de combinar elementos decorativos, por ejemplo: loseta para la cocina y piso laminado para la sala.
Para optimizar espacios, conviene colocar muebles multipropósito: un sofá cama o mesas que puedan ampliarse para más personas. Identifica aquellos rincones vacíos que pueden servir para guardar objetos o sitios que puedan tener un uso extra, por ejemplo, una esquina en donde puedas colocar una repisa flotante.
El orden es clave para tener un espacio agradable: usa organizadores de zapatos y cuélgalos detrás de la puerta y en la cocina ocupa canastas con etiquetas para los ingredientes.
La selección de colores para tus muros, es vital. Recuerda que los colores claros, crean la ilusión de espacios más amplios; busca revestimientos con esas características. Los tonos oscuros, provocan el efecto contrario.
Para adornar las paredes, conviene colgar cuadros con profundidad (imágenes en tercera dimensión o espejos, por ejemplo) y para los muebles, colocar algunos elementos en contraste como cojines de colores contrastantes.
Finalmente, la limpieza es tu aliada. Solemos acumular objetos y papeles, así que trata de hacer limpieza a profundidad cuando menos una o dos veces al año y deshazte aquello que no utilices más. Esto resaltará la decoración de tu espacio.
Fuente: http://llanodelatorre.com.mx